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La admiración que tiene Pablo Guerra (hijo) por Augusto, no la oculta. Este joven conoce al arquitecto Rafael Augusto D’Armas desde niño, tanto es así que lo llama como lo hacen sus más íntimos amigos y familiares.

Pablo lleva como especie de un registro menta de su trabajo y lo cuenta con naturalidad y orgullo.

«El edificio sede de la facultad de arquitectura de la ULA en Mérida (Universidad de Los Andes), lo diseño Augusto» dice Pablo así como algo normal. Seguidamente pregunta con una pequeña sonrisa «¿sabias eso?» y sin esperar respuesta comenta «eso fue un concurso que él se ganó cuando estudiaba arquitectura en esa universidad. -ah si, eso fue mi tesis de grado en la universidad, yo era el más pichón de los que trabajamos ahí- comenta Rafael y continúa diciendo -En la casa debo tener unos recortes de periódico sobre eso-.

Pablo sin poder disimular su emosión por ser un gran amigo del artista que hoy en día más admiran los carupaneros, se aparta y continua observando el trabajo de pintura que realiza Rafael junto a Beatríz Sánchez Siscar y Dalvin Tovar, evitando distraerlos de su ocupación.

Rafael D’Armas, arquitecto y artista plástico que muestra en sus obras la majestuosidad del color y con la sencillez de sus trazos capta la espiritualidad del ambiente, esta plasmando una retrospectiva del Carnaval Internacional de Carúpano en un formato poco convencional, enmarcado en el concepto plástico muralista, arte de Calle, al cual tituló Carúpano es alegría, Carúpano es carnaval.

En diciembre del 2016 había pintado en ese mismo espacio un semblanza de Carúpano y el cual fue borrado en diciembre de 2017.

Gracias a Pablo por contarnos ese episodio, desconocido para muchos, de la vida de Rafael Augusto D’Armas, el Raúl Villanueva de Carúpano.

Andamos en la calle buscando y contando buenas historias…